domingo, 17 de junio de 2012

Mattness: Start the GAME!

Mis dedos tiemblan, mientras escribo esto en medio de una aburrida clase de alguna materia que ni siquiera sé de qué trata; siento las heridas de las manos luego de un fin de semana lleno de horas utilizadas en videojuegos. Es una sensación de profunda satisfacción, sin embargo al apagar el televisor o al poner a Kotone a dormir y miro alrededor de mi habitación, tiendo a reír con un poco de amargura y me pregunto qué he hecho de mi persona y recuerdo las constantes palabras de mi madre:

—Te vas a enfermar con tanto jueguito—Ya sé que me voy a enfermar, pero no importa en realidad ¿bueno, mamá?
—Estás tan tenso, deja esa cosa— Nunca me siento así, solo es concentración y por ende, continúo jugando.
—Uy, en esos juegos hay tanta violencia— Siempre esta frase me hace gracia, solo le sonrío y sigo inmerso en la etapa.
—Deberías soltar esa cosa y ponerte a limpiar tu habitación, es un desastre—Mi favorita por lejos, esta oración siempre logra hacerme volver un poco a la realidad, aunque no me guste, por lo general mi madre tiene razón, a pesar de que intento ser bastante ordenado (pero cuesta con tanta "figurita de acción" que poseo)
—En vez de estar aquí encerrado, podrías salir a hacer actividades con tus amigos—Esta la aborrezco simplemente, el contacto social jamás está como prioridad antes de conocer la historia de Ökami, por ejemplo.

Cuando pienso en todo eso, mi mente vuela a la frase "Matt, los videojuegos arruinaron tu vida", pero es como una droga; la alegría, la diversión, las emociones fuertes, solo las vivo con los videojuegos. La realidad es muy aburrida en comparación.

Leo lo que escribo y me parece que en realidad me estoy enfermando, qué ironía, sin embargo no me importa mucho porque me siento feliz así, no necesito otra cosa. Con esto, no afirmo que no quiera estudiar, trabajar, viajar algún día, tener otros amigos y ser un poco más normal, de hecho muchas veces desearía tener ese estilo de vida, pero al tratar de vivirlo, me decepciono fácilmente de él o tal vez de mis propias limitaciones hacia esa forma de vivir. Agatha me dice que necesito más diversión y que podría empezar buscando a una novia para que sienta algo por la vida real, mas ¿qué emoción más grande puedes sentir en vez de esa, cuando ves tu OTP realizarse? Todo es virtual, pero para mí tiene otro significado. Además, me fijo en las personas alrededor mío, todas son lindas y tienen un encanto propio, pero nada me atrae mayormente en ellas y probablemente yo tampoco captaría la atención de nadie, es decir, todos me tienen de alguien anti-social y enfermizo, si no fuera por Agatha, probablemente alguien en este colegio me habría llevado a inspección psicológica o algo.

De la nada, me siento agradecido, saco una hoja de mi cuaderno y le escribo en un papel "Gracias", lo enrollo y se lo tiro casi para molestarla un poco. Ella no se sienta muy lejos de mí, así que nadie se fija mayormente. Percibo su mirada de incomprensión, mezclada con su típica expresión, especialmente dedicada a mí, de "Eres rarito".

Tocan el timbre de salida, quiero volver pronto a casa, terminar ese fanfic que estaba leyendo acerca de ese triángulo entre Zuko, Katara y Aang, jugar Shin Megami Tensei III: Nocturne, escuchar un poco de música... esas amenas cosas que siempre hago y que no cambiaría por las decepciones de la vida social (a pesar de que a veces, cuando me siento cuerdo, no lo veo de esa manera, ahora parece que me afecta el aburrimiento)

—No sabes que es de mala educación interrumpir a alguien cuando está dibujando—Agatha se me acerca con una burlesca, pero amable expresión—Y sea lo que sea que me agradezcas, probablemente no lo hice con intención—Me sonríe alegre
—Créeme, tienes toda la razón—Le digo, mientras guardo mis cosas rápidamente—¿Nos vamos ahora?
—Esta vez me debo quedar, tengo cosas que hacer—Por alguna razón, la noto aproblemada. No quiero entrometerme en sus asuntos, cuando ella quiera, me contará, así que simplemente me despido y salgo del lugar.

Camino tranquilo, no tengo razones para apresurarme, a pesar de mi deseo de pronto despertar a Kotone. Escucho a la gente planear salidas para la semana o juntas entre amigos, yo simplemente paso entre los tumultos de personas, nadie se volteará a saludarme ni yo saludaré a nadie, así es siempre y así me agrada.

—Hola ¿eres Matt cierto?—Alguien a mis espaldas menciona mi nombre, esto es extraño, quizás es mi imaginación, por lo que seguí caminando—Disculpa... ¿Matt?—Me doy vuelta para darme cuenta que una persona, una chica específicamente, me estaba hablando—Je, eres algo distraído
—Eh, me lo han dicho antes... ¿qué quieres?—De repente una especie de inseguridad me llenó la cabeza de pensamientos idiotas "No te comportes extraño" "Intenta ser amable" "Si eres tan directo la espantarás" "Se irá de todos modos"
—Se te quedó un cuaderno en la sala de clases—La chica me entregó un cuaderno que reconocí como mío por... un dibujo que hice de Link y Zelda tomados de la mano en la primera página—Dibujas muy bien—Ese tipo de comentarios... son aquellos que hacen que quiera tirarme por una ventana
—Ah, sí... gracias, bueno... permiso, adiós—En mi intento de huida, choqué con un sinnúmero de personas.

Dijo que se me quedó en la sala de clases... entonces deberíamos ser compañeros de curso. Sinceramente en momentos como este, mi falta de habilidad para relacionarme es lo más terrible que me puede ocurrir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario